El CO2 es el gas contaminante del que más se habla y causante del 40% del calentamiento global y el carbón negro es el que aparece en segundo lugar. El carbón (ese que usamos en una carne asada) es responsable de entre el 16 y el 18% del calentamiento, dependiendo de que cálculos tomemos, y afortunadamente se disipa en la atmósfera rápidamente, en cuestión de semanas, si no se deja de producir más.
Es por eso que estufas más eficientes de biomasa, como las usadas en muchos lugares de países en desarrollo, pueden tener un gran impacto en el cambio climático a un costo relativamente bajo y fácil de implementar.
Al usar estufas más eficientes, como de biomasa o cocinas solares, no sólo reduciremos la contaminación, la deforestación y el clima en general, sino que la calidad del aire dentro de las casas, que mata a 1.6 millones de personas al año, puede ser mejorado de manera considerable.