La dependencia de la gasolina, sobre todo en América del Norte y Europa, se remonta a más de un siglo, prácticamente desde el inicio de la era del automóvil.
A pesar de que desde hace más de 100 años había combustibles alternativos disponibles, como la electricidad y el vapor, la gasolina finalmente ganó por ser barata y cómoda, estas características se convirtieron en las 2 principales razones por las que es tan difícil reducir la dependencia a la gasolina.
No sólo los vehículos de pasajeros como automóviles y camiones se basan en la gasolina, también la entrega de correos, verduras, materiales, etc. Todo aquello que requiera de transporte depende de la gasolina.Sin olvidarnos de la mayoría de cortadoras de césped, moto-sierras y trituradoras de madera que funcionan con gasolina también.
Estados Unidos consume aproximadamente el 25% del petróleo del mundo y de éste, gran parte se destina a la producción de gasolina.
Por el contrario, resulta muy fácil mantener la dependencia de la gasolina, sobre todo por la infraestructura que se tiene.
Las estaciones de gasolina se puede encontrar en todo el mundo, y los coches que funcionan con gasolina, básicamente, son tan caros o baratos dependiendo de la capacidad de pago de las personas.
Si bien hay ciertas innovaciones que pueden ayudar a cortar la dependencia de la gasolina, como el carro híbrido, la mayoría de los carros que usamos todos los días no tienen ningún cambio.
Sin embargo, cada día aumentan las opciones de combustibles alternativos que puedan ayudar a reducir la dependencia de la gasolina, un ejemplo son los vehículos que funcionan con etanol, hidrogeno, e incluso los coches eléctricos.