El tabaco siempre resulta controversial, ya que a pesar de que existen voces legitimas que afirman que el tabaco es el origen único de enfermedades mortales, como si la predisposición genética, la alimentación o la contaminación no contribuyeran, el tabaco se sigue vendiendo y consumiendo por toneladas cada año a lo largo y ancho del mundo entero. Pero particularmente en los últimos años, el tabaco ha sido puesto bajo los reflectores una vez más ya que científicos de todo el mundo han comenzado a descubrirle otras cualidades además de las obvias de permitirnos socializar y pasar un excelente rato acompañados de una taza de café y una buena lectura o película en una tarde cualquiera. Cualidades entre las que se encuentran la generación de energía limpia.
Una buena idea, sin filtro
Una alternativa a los combustibles fósiles cada vez más explorada es la de los biocombustibles y es en esta área dónde científicos de la Universidad de Berkeley en California han desarrollado una nueva especie de tabaco transgénico para que pueda absorber mejor la luz y el carbono. Tal objetivo se ha logrado sumándole características más propias de las algas que son mejores en la biosíntesis de los hidrocarburos.
Las plagas no lo afectan; la volatilidad de los precios tampoco
“El tabaco es perfecto porque no se come. Solo se necesita la infraestructura para su cultivo y producción. Y por eso es una excelente opción para desarrollar biocombustible” señalo la investigadora Peggy Lemaux del departamento de bilogía microbiana de la Universidad de Berkeley al hacer referencia a la relación costo beneficio que puede tener la cosecha de tabaco genéticamente modificado.
Más autos ecológicos = más biocombustible
Esta investigación no es novedosa ya que desde hace algún tiempo, científicos de diversas partes del mundo han tratado de conseguir un biocombustible a base de tabaco y en general a base de diversas especies de plantas genéticamente alteradas para potenciar sus propiedades. Y tampoco se trata de una investigación improvisada ya que en las últimas décadas ha crecido y se ha profesionalizado la investigación de la producción de biocombustibles debido al creciente interés en el mercado, ya que actualmente su producción es equivalente al 3% de todo el combustible mundial utilizado en carretera y de acuerdo a la Agencia Internacional de Energía (AIE) se ha trazado el objetivo de que en el 2050 al menos una cuarta parte de todo el combustible utilizado en carretera a nivel mundial sea biocombustible.
Los alimentos transgénicos siempre son centro del debate ya que mientras los transgénicos destinados al consumo humano resultan nocivos para la salud, los transgénicos para la producción masiva de biocombustibles pueden potenciar en mucho la economía local de diversas poblaciones sobre todo en los países emergentes donde extrañamente se ha abandonado el campo sin tomar en cuenta que es el sector primario de su economía y que requiere urgentemente un impulso que pueda lograr darle competitividad frente a los mercados internacionales. Además produciendo tabaco transgénico para biocombustibles no solo se genera empleo y se rescata a las economías locales, también se le hace frente a la dependencia de combustibles fósiles responsables de ahogar a nuestro planeta y a nosotros con él.