Una Lámpara Solar Que Podría Cambiar El Mundo

Evans Wadongo es un joven ingeniero e inventor. Pero no siempre tuvo la suerte de su lado; porque Wadongo nació en Kenia y cómo la inmensa mayoría de jóvenes en aquella parte de África, caminaba 10 km todos los días para llegar a la escuela para después, al final del día, regresar a su casa de barro, sin luz ni agua corriente para estudiar. Él estudiaba como cientos de niños y jóvenes de aquel país pobre entre los pobres con una luz de alquiler aunque según sus propias palabras se siente con suerte porque sus padres, ambos profesores, tenían posibilidad de comprar el queroseno que le confería esa luz para estudiar cuando la noche lo abrazaba todo y no había otra luz más que la de la luna y las estrellas. Las lámparas de queroseno en aquel país son una oportunidad para los que nada tienen, pero también son el preludio de un amplio catálogo de enfermedades, malestares como el de Wadongo que terminó con la vista dañada por la sobre exposición al CO2 liberado por la lámpara que lo acompañó en aquellas noches de estudio. Ahora él, ingeniero keniano, ha creado una lámpara que ayuda a esos que nada tienen a buscar una oportunidad en el mundo por la vía de la educación.

MwangaBora, una luz en las tinieblas de los nadie

La lámpara se llama MwangaBora, fue desarrollada por este ingeniero keniata y en suajili significa luz buena; y lo más importante es que esta lámpara funciona completamente con energía solar, por lo que elimina los problemas colaterales que dañan la salud por la sobre exposición al queroseno u otros combustibles fósiles y de acuerdo a Wadongo, la invención y producción de las primeras lámpara fue posible gracias a un préstamo que consiguió para su educación.

Cuándo la solidaridad se encuentra con el arte en las calles de Londres

Pero la solidaridad es una cualidad contagiosa y la ingeniería al servicio de los nadie llegó mucho más allá; ya que hace apenas unas semanas un artista neoyorkino llamado Reed Krakoff instaló una exposición en la feria PAD de arte y diseño de Londres que incluía cientos de estas lámparas y todo por una buena causa para apoyar a una ONG llamada SDFA-Kenia (desarrollo sustentable para toda Kenia por sus siglas en inglés). Las lámparas tenían un costo de 250 dólares en el evento, mientras que fuera de él se comercializan en 25 dólares y tenían como objetivo llevar luz y esperanza a los hogares que carecen de lo uno y/o de lo otro en aquella región.

Un invento amigable para todos

Físicamente la MwangaBora es muy similar a las lámparas de queroseno comunes, de acuerdo a su creador es para que los usuarios se acostumbren rápidamente a su uso. La única diferencia entre esta lámpara y las de queroseno es que la MwangaBora posee un panel solar, una bombilla led y tiene una vida útil de 3,000 cargas aproximadamente. Una sola carga puede rendir hasta 6 horas y para conseguirla, debe recargarse durante unas 4 horas aproximadamente en aquel país; donde el sol es lo único que se puede encontrar en exceso.

MwangaBora